viernes, 11 de enero de 2013

¿los colores y los juguetes preferidos definen la sexualidad del niño??

oí una voz adulta que se dirigía a la docente de su hijo del jardín maternal diciéndole “seño si juega con muñecas o pinta mucho con el rosado avisemé” y ese fue el disparador para buscar, leer y compartir esta info

El carácter del niño según los colores

¿Tu hijo tiene preferencia por algún color? Según los psicólogos, podemos conocer la personalidad del niño a través de sus colores favoritos.

Seguro que tu hijo se siente especialmente atraído por un determinado color. ¿Lo pinta todo de color verde? ¿Siente preferencia por los objetos rojos? ¿Le encanta ponerse remeras amarillas? A través del estudio de los colores, se pueden obtener informaciones sobre el carácter del niño. Veamos algunos ejemplos:

- Verde: los niños que eligen este color son niños optimistas y transmiten entusiasmo y vivacidad.
- Naranja: es un color que gusta a los niños organizados y silenciosos; no hará falta decirles que ordenen su habitación o que se lleven los libros al colegio.
- Rojo: es el color de los niños llenos de energía y de necesidad de destacar, ya sea en el deporte o en el colegio.
- Azul: los apasionados del azul son niños reflexivos, con una buena intuición: ven, sienten y saben todo. ¡Nadie conseguirá tomarles el pelo! Sin embargo, no les gusta sentirse bajo presión.
- Amarillo: los que prefieren este color son niños alegres, extrovertidos y curiosos, y les gustan los espacios amplios. Están llenos de energía y se relacionan con todos sus compañeros.
- Blanco: este color les gusta mucho a los niños responsables y “calculadores”, que tienen los pies en el suelo, pero que también son muy espirituales. Con ellos, es posible hablar de todo.
- Rosa: es el color de los niños románticos y amantes de lo bello, que tienden a soñar con los ojos abiertos.
- Marrón: los pequeños que eligen este color están lleno de proyectos y saben realizarlos. También les gusta ayudar al prójimo.

De cómo el rosa se convirtió en el color de las niñas

Hay quien cree que existe una predisposición genética de las niñas hacia el color rosa. Eso explicaría toda la colección de ropa y accesorios de ese color que rodea a los miembros del sexo femenino, desde el nacimiento hasta edades provectas. Pero resulta que hasta hace 90 años los niños vestían de rosa y las niñas de azul. El rosa se consideraba un color más varonil y el azul celeste más femenino. La marea rosa surgió, en Estados Unidos tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial. Los felices 50 se tiñeron de colores pastel, con el rosa ya definitivamente asignado a la mujer. En el último medio siglo se han producido varias oleadas de flujo y reflujo del rosa, en función del sesgo político del momento. Así, el feminismo de los setenta rechazó de plano el rosa pero, paradójicamente, contribuyó con su boicot a asignar el color al concepto de femeneidad.
En este siglo XXI parece que el rosa pega fuerte, en la peor de sus modalidades.


“seño ¿viste que las muñecas son de nenas? 
Los juguetes infantiles no tienen sexo: ¿Existen juguetes sólo de niños y otros sólo de niñas?
Los niños imitan todo lo que hacen los adultos, asumen los papeles que ven en casa, en el colegio o en la calle, y los reproducen fielmente. Del mismo modo, interiorizan los valores que estos papeles adquieren en la sociedad. El reto es ofrecerles a los pequeños nuevos modelos de relación entre géneros. Eso no quiere decir que los niños tienen que jugar con muñecas y las niñas con autos para evitar la repetición tradicional de "esto es de niños" y "esto es de niñas".
Los juguetes deben ser empleados por ambos sexos indistintamente. El que unos juguetes sean para niñas y otro para niños es culpa y responsabilidad de los adultos. Hay que fomentar que los niños rompan esas barreras y estimular su curiosidad por lo desconocido, lo nuevo. Fomentar nuevas capacidades psicológicas, manuales, físicas e intelectuales no sólo favorecerá la convivencia entre sexos, sino que además enriquecerá a las niñas y a los niños como personas.

Los juguetes no reflejan el cambio social

Nuestra sociedad está en un proceso de cambio, y los juguetes representan a la sociedad de hace 20 años, pero no a la de ahora. No es cierto que la mujer esté actualmente encerrada en casa y no tenga otra ocupación profesional. No es cierto que los hombres no cambien pañales o no cocinen. No es cierto que la familia "normal" tenga padre y madre. Y cada día estas afirmaciones van a ser menos reales. El hecho de que los medios de comunicación, la publicidad o los cuentos infantiles sigan dando otra imagen es algo ante lo que poco o nada podemos hacer, tan sólo no comprar o no mirar. Pero de los juguetes que compramos hoy, somos totalmente responsables.

¿Juguetes de niño o de niña?

No es cierto que las niñas sean menos ágiles que los niños y es muy discutible que sean menos fuertes. De hecho, para saltar a la cuerda se necesitan habilidades complejas y diversas, tanto o más que para jugar al fútbol. Lo que sucede es que, cuando una niña intenta jugar al fútbol por primera vez, argumentan que lo hace mal porque "es una niña"; por el contrario, cuando un niño juega por primera vez, le dirán que es inexperto y principiante. Contra esos calificativos podrá luchar e intentar superarse, pero contra el hecho de "ser niña" no se puede hacer nada, excepto ser conscientes de que eso no es ninguna limitación real para realizar cualquier tipo de actividad, sino un estereotipo cultural. Tampoco podemos olvidar que si las niñas sufren las consecuencias de unos estereotipos que acortan y limitan sus potencialidades, los niños sufren las exigencias impuestas por la sociedad a los "machos", que en muchas ocasiones pueden ser asfixiantes y originar complejos.
Es lógico que para las niñas sea más fácil jugar a "juegos de niños" que al revés, ya que existe una actitud generalizada, inmersa en todos los aspectos culturales y sociales, de desvalorizar aquellas tareas, valores y capacidades asignadas a las mujeres. Los invito a revistar nuestro papel como padres y educadores, y desde un análisis crítico trabajar para alcanzar un verdadero cambio de actitudes. Aunque los mensajes de discriminación por sexo no dependen tan sólo de nosotros, deberemos ir facilitando y potenciando que los juguetes y juegos no reproduzcan papeles tradicionales discriminatorios y que puedan ser utilizados del mismo modo por niñas y niños.

El juego debe ser espontáneo

Ante todo, los juguetes deben ser estimulantes y variados, y los adultos debemos proporcionar los que aporten valores positivos, puesto que con la actividad lúdica estimulamos la educación en valores. Es aconsejable seleccionar juguetes que transmitan la igualdad, la solidaridad, etcétera, pero sin olvidar que cuando el niño juega reproduce e imita situaciones o historias vividas.
Hay que diferenciar entre el potencial del juego en el desarrollo del niño y el potencial del juego para apoyar la labor docente. Estudiosos consideran que los juguetes ofrecen posibilidades que los convierten en un elemento educativo indispensable para el desarrollo infantil. El juego y los juguetes contribuyen al desarrollo integral del niño en todas las áreas de la personalidad: intelectual, física, social y emocional o afectiva. Estimula el desarrollo y coordinación del cuerpo, desarrolla estructuras mentales, es un medio de expresión y socialización, y favorece el equilibrio afectivo. Además, es un excelente recurso para iniciar o consolidar aprendizajes dentro y fuera de la sala. Es una insignificancia adulta que existan juguetes para niños y juguetes para niñas.
Cuando dejamos a los niños jugando en un ambiente sin condicionantes, como es el caso de las ludotecas, comprobamos que se realiza una utilización indiscriminada de los juguetes. Es momento de que los adultos tomemos conciencia de que los juguetes no tienen sexo, que somos nosotros, y no los niños, quienes los marcamos con estereotipos sexistas. El juego es libre y espontáneo y así hemos de comprenderlo.

¿Mi hijo es homosexual?

En realidad, creo que lo que los padres quieren saber es si sus hijos son homosexuales, o si tienen la tendencia para serlo. Me pregunto ¿por qué no hablamos claramente del asunto? La identidad sexual de los niños también es parte de su desarrollo.
Poco se conoce aún acerca de la homosexualidad. Todo son preguntas. ¿Qué criterios, qué señales nos muestran si un niño o una niña es homosexual?
Todavía nada se sabe acerca de cómo los niños llegan a comportarse como las niñas, o por qué se sienten atraídos por personas del mismo sexo. Se ignora cómo llegaron a esta opción sexual.
¿Será que a todos los niños que les gusta jugar con muñecas, cocinar o jugar a las comiditas, son homosexuales? Yo, particularmente, creo que no. Hoy, felizmente, los papeles se cambian continuamente. A los hombres les va bien la cocina, el cuidar de niños, la costura, y no siempre les gusta el fútbol. Otra duda es qué pueden hacer los padres si notan que su niño tiene comportamiento homosexual. ¿Se puede cambiar o influir en la identidad sexual de los niños? Lo primero que hacen los niños, cuando notan que tienen preferencias distintas a los demás, es negar esta diferencia. Luego, piensan que puede ser una situación pasajera (y puede ser), que con el tiempo cambiará.
Y después, empezarán a dudar y a discutir consigo mismo acerca de su aceptación. Los padres experimentan el mismo proceso, y tanto el uno como el otro necesitan encontrar apoyo y comprensión, principalmente en el seno familiar. Debemos estar siempre al lado de nuestros niños, en cualquier circunstancia, ayudándoles a aceptarse a si mismos desde muy pequeños.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com


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