El carácter del niño según los colores
¿Tu hijo tiene preferencia por algún color? Según los psicólogos, podemos conocer la personalidad del niño a través de sus colores favoritos.
Seguro que tu hijo se siente especialmente atraído por un determinado color. ¿Lo pinta todo de color verde? ¿Siente preferencia por los objetos rojos? ¿Le encanta ponerse remeras amarillas? A través del estudio de los colores, se pueden obtener informaciones sobre el carácter del niño. Veamos algunos ejemplos:
- Verde: los niños que eligen
este color son niños optimistas y transmiten entusiasmo y
vivacidad.
- Naranja:
es un color que gusta a los niños organizados y silenciosos;
no hará falta decirles que ordenen su habitación o que se lleven
los libros al colegio.
- Rojo: es el color de los
niños llenos de
energía y de necesidad de destacar, ya sea en el deporte o en el
colegio.
- Azul: los apasionados del
azul son niños reflexivos, con una buena intuición: ven,
sienten y saben todo. ¡Nadie conseguirá tomarles el pelo! Sin
embargo, no les gusta sentirse bajo presión.
- Amarillo:
los que prefieren este color son niños alegres, extrovertidos
y curiosos, y les gustan los espacios amplios. Están llenos de
energía y se relacionan con todos sus compañeros.
- Blanco: este color les gusta mucho a los niños
responsables y “calculadores”, que tienen los pies en el
suelo, pero que también son muy espirituales. Con ellos, es posible
hablar de todo.
- Rosa:
es el color de los niños románticos y amantes de lo bello, que
tienden a soñar con los ojos abiertos.
- Marrón:
los pequeños que eligen este color están lleno de proyectos y saben
realizarlos. También les gusta ayudar al prójimo.
Texto original en
http://www.mibebeyyo.com/ninos/psicologia-infantil/caracter-nino-segun-colores-5848
De cómo el rosa se convirtió en el color de las niñas
Hay quien cree que existe una predisposición genética de las
niñas hacia el color rosa. Eso explicaría toda la colección de
ropa y accesorios de ese color que rodea a los miembros del sexo
femenino, desde el nacimiento hasta edades provectas. Pero resulta
que hasta hace 90 años los niños vestían de rosa y las
niñas de azul. El rosa se consideraba un color más varonil
y el azul celeste más femenino. La marea rosa surgió, en
Estados Unidos tras la victoria aliada en la II Guerra Mundial.
Los felices 50 se tiñeron de colores pastel, con el rosa ya
definitivamente asignado a la mujer. En el último medio siglo se han
producido varias oleadas de flujo y reflujo del rosa,
en función del sesgo político del momento. Así, el feminismo de
los setenta rechazó de plano el rosa pero, paradójicamente,
contribuyó con su boicot a asignar el color al concepto de
femeneidad.
En este siglo XXI parece que el rosa pega fuerte, en la peor de
sus modalidades.
Texto original en
http://www.cookingideas.es/de-como-el-rosa-se-convirtio-en-el-color-de-las-ninas-20100220.html
“seño ¿viste que las muñecas son de nenas?
Los juguetes infantiles no tienen sexo: ¿Existen juguetes sólo de niños y otros sólo de niñas?
Los juguetes infantiles no tienen sexo: ¿Existen juguetes sólo de niños y otros sólo de niñas?
Los niños imitan todo lo que hacen los adultos, asumen los
papeles que ven en casa, en el colegio o en la calle, y los
reproducen fielmente. Del mismo modo, interiorizan
los valores que estos papeles adquieren en la sociedad. El reto
es ofrecerles a los pequeños nuevos modelos de relación entre
géneros. Eso no quiere decir que los niños tienen que jugar con
muñecas y las niñas con autos para evitar la repetición
tradicional de "esto es de niños" y "esto es de
niñas".
Los juguetes deben ser empleados por ambos
sexos indistintamente. El que unos juguetes sean para niñas y
otro para niños es culpa y responsabilidad de los adultos. Hay que
fomentar que los niños rompan esas barreras y estimular su
curiosidad por lo desconocido, lo nuevo. Fomentar
nuevas capacidades psicológicas, manuales, físicas e
intelectuales no sólo favorecerá la convivencia entre sexos, sino
que además enriquecerá a las niñas y a los niños como personas.
Los juguetes no reflejan el cambio social
Nuestra sociedad está en un proceso de cambio, y los juguetes
representan a la sociedad de hace 20 años, pero no a la de ahora. No
es cierto que la mujer esté actualmente encerrada en casa y no tenga
otra ocupación profesional. No es cierto que los hombres no cambien
pañales o no cocinen. No es cierto que la familia "normal"
tenga padre y madre. Y cada día estas afirmaciones van a ser menos
reales. El hecho de que los medios de comunicación, la publicidad o
los cuentos
infantiles sigan dando otra imagen es algo ante lo que poco o
nada podemos hacer, tan sólo no comprar o no mirar. Pero de los
juguetes
que compramos hoy, somos totalmente responsables.
¿Juguetes de niño o de niña?
No es cierto que las niñas sean menos ágiles que los niños y es
muy discutible que sean menos fuertes. De hecho, para saltar
a la cuerda se necesitan habilidades complejas y diversas, tanto
o más que para jugar al fútbol. Lo que sucede es que, cuando una
niña intenta jugar
al fútbol por primera vez, argumentan que lo hace mal porque "es
una niña"; por el contrario, cuando un niño juega por primera
vez, le dirán que es inexperto y principiante. Contra esos
calificativos podrá luchar e intentar superarse, pero contra el
hecho de "ser niña" no se puede hacer nada, excepto ser
conscientes de que eso no es ninguna limitación real para realizar
cualquier tipo de actividad, sino un estereotipo cultural. Tampoco
podemos olvidar que si las niñas sufren las consecuencias de unos
estereotipos que acortan y limitan sus potencialidades, los niños
sufren las exigencias impuestas por la sociedad a los "machos",
que en muchas ocasiones pueden ser asfixiantes y originar complejos.
Es lógico que para las niñas sea más fácil jugar a "juegos
de niños" que al revés, ya que existe una actitud
generalizada, inmersa en todos los aspectos
culturales y sociales, de desvalorizar aquellas tareas, valores y
capacidades asignadas a las mujeres. Los invito a revistar nuestro
papel como padres y educadores, y desde un análisis crítico
trabajar para alcanzar un verdadero cambio
de actitudes. Aunque los mensajes de discriminación por sexo no
dependen tan sólo de nosotros, deberemos ir facilitando y
potenciando que los juguetes y juegos no reproduzcan papeles
tradicionales discriminatorios y que puedan ser utilizados del mismo
modo por niñas y niños.
El juego debe ser espontáneo
Ante todo, los juguetes deben ser estimulantes y variados, y los
adultos debemos proporcionar los que aporten valores positivos,
puesto que con la actividad lúdica estimulamos la educación
en valores. Es aconsejable seleccionar juguetes que transmitan la
igualdad, la solidaridad, etcétera, pero sin olvidar que cuando el
niño juega reproduce e imita situaciones o historias vividas.
Hay que diferenciar entre el potencial del juego
en el desarrollo del niño y el potencial del juego para apoyar
la labor docente. Estudiosos consideran que los juguetes ofrecen
posibilidades que los convierten en un elemento
educativo indispensable para el desarrollo infantil. El juego y
los juguetes contribuyen al desarrollo
integral del niño en todas las áreas de la personalidad:
intelectual, física, social y emocional o afectiva. Estimula el
desarrollo y coordinación del cuerpo, desarrolla estructuras
mentales, es un medio de expresión y socialización, y favorece el
equilibrio
afectivo. Además, es un excelente recurso para iniciar o
consolidar aprendizajes dentro y fuera de la sala. Es una
insignificancia adulta que existan juguetes para niños y juguetes
para niñas.
Cuando dejamos a los niños jugando en un ambiente sin
condicionantes, como es el caso de las ludotecas,
comprobamos que se realiza una utilización indiscriminada de los
juguetes. Es momento de que los adultos tomemos conciencia de que los
juguetes no tienen sexo, que somos nosotros, y no los niños, quienes
los marcamos con estereotipos sexistas. El juego es libre y
espontáneo y así hemos de comprenderlo.
Texto original en
http://www.guiainfantil.com/educacion/notienensexo.htm
¿Mi hijo es homosexual?
En realidad, creo que lo que los padres quieren saber es si sus
hijos son homosexuales, o si tienen la tendencia para serlo. Me
pregunto ¿por qué no hablamos claramente del asunto? La
identidad sexual de los niños también es parte de su
desarrollo.
Poco se conoce aún acerca de la homosexualidad. Todo son
preguntas. ¿Qué
criterios, qué señales nos muestran si un niño o una niña es
homosexual?
Todavía nada se sabe acerca de cómo los niños llegan a
comportarse como las niñas, o por qué se sienten atraídos por
personas del mismo sexo. Se ignora cómo llegaron a esta opción
sexual.
¿Será que a todos los niños que les gusta jugar con muñecas,
cocinar o jugar a las comiditas, son homosexuales? Yo,
particularmente, creo que no. Hoy, felizmente, los papeles se cambian
continuamente. A los hombres les va bien la cocina, el cuidar de
niños, la costura, y no siempre les gusta el fútbol. Otra duda es
qué pueden hacer los padres si notan que su niño tiene
comportamiento
homosexual. ¿Se puede cambiar o influir en la identidad sexual de
los niños? Lo primero que hacen los niños, cuando notan que tienen
preferencias distintas a los demás, es negar esta diferencia. Luego,
piensan que puede ser una situación pasajera (y puede ser), que con
el tiempo cambiará.
Y después, empezarán a dudar y a discutir consigo mismo acerca
de su aceptación. Los padres experimentan el mismo proceso, y tanto
el uno como el otro necesitan encontrar apoyo y comprensión,
principalmente en el
seno familiar. Debemos estar siempre al lado de nuestros niños,
en cualquier circunstancia, ayudándoles a aceptarse a si mismos
desde muy pequeños.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
Texto original en http://www.guiainfantil.com/blog/95/mi-hijo-es-homosexual.html